Wednesday, February 21, 2007

Post Returns

He vuelto.

Estaba ocupada.

Poco después de empezar este Blog, me fuí a Viena (Austria) a buscar al tal Archiduque. Él no tenía demasiado interés en conocer a una tía loca que lo acosaba por haber dejado de escribir su blog. Y me pareció perfectamente lógico, aunque importó tres pepinos lo que pensara de mi e insistí.

Nunca he sido fan de nadie. Bueno, sí, de Dolph Lundgren, pero no cuenta porque era muy cría. Después de eso, nada. Soy poco mitómana, esa es la verdad. Cuando veo a las niñitas gritando histéricas a la puerta de los conciertos, me causan una mezcla de pena y vergüenza ajena ... por Dios ... ¿sabrán sus padres la capacidad que tienen esas niñas de hacer el ridículo?.

Los autógrafos por otro lado me parecen una memez. ¿Para qué quiero yo la firma de nadie?. Si fuera en un cheque ... Qué tipo de relación se lleva a cabo a través de un autógrafo? Es una concesión de algún tipo de derecho sobre el artista? Es el contrato de compraventa que atestigua que ese cantante fué tuyo durante el tiempo en que tardó en garabatearlo? ... Y para qué querría yo presentarme delante de un desconocido y pedirle un estúpido tachón?. Lo encuentro absurdo.
En el caso de Archiduque, había una razón práctica para que yo decidiera someterlo a ese acoso. Había dejado de escribir. Me había dejado sin algo que me gustaba mucho y evidentemente, quería recuperarlo o mejor dicho, no quería quedarme sin ello. Y el hecho de conocer a la fuente directa de aquello que me gustaba parecía ofrecer cierta garantía de continuidad sobre el posible abastecimiento. Es como si Edvard Munch, le regalara pinceles y acuarelas a algún colega ...

Y así fué.

Llevamos 8 meses casados, por lo que tengo abastecimiento de sobra y eso me convierte en una mujer sumamente feliz.