Wednesday, March 30, 2005

Posssst


Una vez leí por ahí que las mujeres emitimos unas 20.000 señales comunicativas al día entre palabras, gestos, expresiones faciales y movimientos corporales, mientras que un hombre se siente satisfecho emitiendo apenas 7.000. Y yo me considero una persona bastante comunicativa (de hecho, tengo un Blog …), pero creo que el motivo por el que mi agenda de teléfonos está dominada mayoritariamente por nombres masculinos, se debe principalmente a esa diferencia.

Para las mujeres, hablar es una necesidad básica y urgente y para ellos, simplemente, no. Y creo que es una cualidad agradable. Puedes estar sentada durante horas al lado de un hombre sin necesidad de tener que decir nada (excepto GOL!!). No intentéis hacerlo cuando haya alguna amiga cerca porque seguramente, se sentirá obligada a preguntar “Oye, ¿te pasa algo?” y cuando le digas que no, ella no lo creerá y decidirá que debe darte conversación porque tú estás callada y eso sólo puede significar que algo no marcha bien. Para una mujer, la falta de comunicación directa e inmediata es tan exasperante que puede incluso llegar a pensar que tu silencio es una señal evidente de enfado. Y se ofenden, (perdón, corrijo) las mujeres nos ofendemos cuando no nos hablan.
No importa lo agotadas que estén mis congéneres, ellas siempre están dispuestas a hablar … Estando en una piscina, cuando sales del agua jadeando y te dejas caer en la toalla, ellas siempre tienen algo que contar … renunciando estoicamente a cerrar los ojos y descansar … simplemente descansar … respirar, dejar que el sol te caliente … “Deberías volver a ponerte crema si te quedas aquí ¿qué factor de protección dices que usas? Te vas a pelar entera …Tengo una mascarilla para el pelo que es una pasada, tienes que probarla … oye … que te estoy hablando!! …”
Pasa cinco horas andando … lleva a una amiga a lo alto de una colina, pon el paisaje más sobrecogedor a sus pies y ella … ella nunca se quedará sin palabras y recordará cada viaje, cada experiencia, cada persona que participó y lo que llevaban puesto, lo que dijeron y lo que comieron … un amigo, en cambio, se sentará a tu lado en el suelo y te acercará una cerveza, como mucho te dirá, “vaya vista, eh?” y si sonríes y asientes con la cabeza, ya no necesitará más.
Somos biológicamente distintos. Un hombre tiene más desarrolladas ciertas áreas, como la de la percepción espacial mientras las mujeres parece ser que tenemos más conexiones entre los hemisferios cerebrales y por eso estamos dotadas de mayor habilidad para el uso del lenguaje. También es conocida por todos la teoría acerca de que nuestra conducta actual procede de pautas de comportamiento prehistóricas (de cuando ellos cazaban y ellas se quedaban a cargo de la prole y el campamento).
Y también biológicamente, se habla de una mayor cantidad de oxitocina en las mujeres (la hormona contra la angustia) lo que explicaría por qué las mujeres que me quieren, intentan hacerme llorar y hablar cuando estoy angustiada por algo y no me apetece hacer ninguna de las dos cosas. Ninguna de mis amigas entiende que ante un problema grave, sólo quiera estar de morros. Si me acurruco en una nube gris de resentimiento acumulado y no quiero hablar, las pongo frenéticas … no les interesa lo más mínimo que les cuente que tengo la solución o que ésta no existe, ellas quieren que me desahogue, que de detalles sobre lo que siento, quieren solidarizarse …
Con un hombre, en cambio, hablar de un problema es mucho más fácil. Un amigo que sepa que te ocurre algo malo, tenderá a buscar la solución y una vez se haya planteado el siguiente paso que has de dar y si puede ayudarte o no, seguramente te contará un chiste verde. Y ahí se habrá acabado todo. Si quieres estar de morros, te lo permitirá. Se quedará a tu lado, pondrá tu cabeza sobre sus piernas, te enredará el cabello y no te incomodará con preguntas acerca de tus sentimientos ni sobre el porqué de las cosas que no tienen explicación…
Nunca me llevaría a mis amigos a tomar café a un centro comercial porque me aburriría, para eso están ellas, pero admito que a veces, esa parquedad en un hombre, es un espacio muy cómodo en el que se puede disfrutar de algo tan valioso como el silencio.

1 Comments:

Blogger Debarna said...

ahá ...

6:51 PM  

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